Hola a todos/as.
Calblanque es de esos sitios en los
que, en determinadas fechas y a determinadas horas, siempre es posible
encontrar un pequeño hueco de soledad con un inmenso espacio de
satisfacción.
Porque llegar al camino de entrada a buena hora de
la mañana, cuando el sol todavía luce esos tonos rojizos que embrujan
hasta al más insensible, y lo primero que encuentras es un Bisbita
común todavía algo aterido de la noche, algo te dice que hoy es uno de
esos días en los que vas a acabar contento... aunque sólo fuese por
estar allí.

Y, como buen modelo, casi sin querer, con toda naturalidad, se dispone a picotear sin reparar en nada, de un sitio a otro.
Estar
así, como ausente de sus momentos, hace que sea posible ver cómo un
zorro también rebusca entre el matorral y que se esconda cuando aparece
una persona por la ladera del monte. Y cómo el zorro esperó
pacientemente a que pasase, para entonces huir en sentido contrario.
Tres horas han pasado. Y no te enteras.
Cuando el movimiento de gente es más abundante, hay que salir de allí.







Saliendo,
casi en el mismo sitio en que se encontraba el Bisbita común, un
Alcaraván herido en un ala intentaba pasar desapercibido,
camuflándose... pero esos enormes ojos amarillentos lo hacían difícil.
Sí. Contento. Justo como pensaba que podía ser.
Calblanque 18/2/2012
Bisbita común, Avefría, Buitrón, Garcilla bueyera, Pardillo común, Gaviota de Audouin y Alcaraván.
Saludos.
Antonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario