Las miramos, pero no las vemos.
Sabemos que están, pero no reparamos en ellas.
Total, son tan abundantes.... y tan esquivas, que ni interesan.
Pero están ahí. Con esa belleza colorista, dispuesta a atraparnos (si nos dejáramos).
Sólo el acercamiento paciente, aceptando sus condiciones, permite admirarlas.
Gallineta.
Rambla de El Albujón.
9-11-2008
Saludos.
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