En
un primer momento, no supe por qué se alarmaba y me hacía pasadas por
encima, hasta que descubrí a la pareja sobre una pequeña acacia, a unos
50 mts. Me retiro y al poco ambos se tranquilizan y uno de ellos se mete
entre las ramas, no saliendo hasta pasado un buen rato, haciendo el
otro el relevo.
A la semana siguiente vuelvo al lugar y no se ve
movimiento en bastante tiempo. Me decido acercarme al arbolico y
compruebo que hay varias ramas por el suelo, cortadas, y un nido en una
de ellas. Alguien también pasó por allí y vió lo mismo que yo, pero no
se quedó quieto ni se retiró para no molestar. No. Ése alguien fue más
allá, cruzando la línea de la maldad. ¿Quién puede ser capaz de hacer
éso?. Exacto: un cabronazo.
Alcaudón real.
Carmolí 16-5-2009
Saludos.
Antonio.
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