No sé por qué te adjetivamos dorado, cuando realmente eres de oro...
Me costó encontraros. Aún sabiendo dónde podíais estar, me costó encontraros.
Si
hubiese podido elevarme, os habría visto antes. Pero, claro, jugáis
con la ventaja de que nosotros sólo podemos volar en nuestros sueños; y
cuando dejamos de soñar nos damos tal batacazo, que es mejor ir a
patitas...
Recorrí toda la rambla, y siguiendo las indicaciones de Mario, hasta Casa Rodríguez... pero nada.
Ya
daba por fallido el intento, cuando otro pequeño bando se os unió:
junto al pueblo, pegados a la autovía....y yo buscándoos en el idílico
paraíso mental recreado sobre campos con cultivos de regadío... Y
vosotros lo que queréis es comida, como ése caracol que se te cae, esté
donde esté. Sobre todo con el fresquete que pegaba ésa mañana.
Hasta cincuenta y ocho os juntásteis, en un incesante trasiego, de aquí para allá, vuelos, carreras, saltos.
Y,
entonces, otra vez la magia. Porque mágico puede considerarse el que
te acerques a escasos metros del coche... y, sin embargo, huyas
despavorido cuando a lo lejos ves la figura humana. Porque no me
importa que el vehículo fuese el continente de mi parcial
invisibilidad. Porque magia con muchos quilates es vuestra sola
presencia.
Repito: no sé por qué decimos dorado, cuando deberíamos decir "de oro".
Chorlito dorado europeo.
Torreblanca (Lomas del Rame-Los Alcázares). 12/2/2012.
Saludos.
Antonio
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